sábado, 21 de noviembre de 2009

Terremoto y Maremoto de 1877

El terremoto y maremoto del 13 de agosto de 1868, arrasó las instalaciones mineras y las viviendas, lo cual motivó que la reconstrucción del poblado se hiciera en el sector que corresponde al área costera céntrica contemporánea, localización que ofrecía mayor seguridad en casos de una emergencia similar, producto de la mayor extensión de la planicie costera.
Al inicio de las actividades mineras en el Toco alrededor de 1875 ya existía en Tocopilla un muelle y una destiladora de agua salada en Caleta Duendes. El dinamismo de la ciudad está desde entonces íntimamente ligado a su hinterland minero, en particular salitrero.
En 1868, después del terremoto, tiene su albores la actual Compañía Minera de Tocopilla, año en que se registra como Tocopilla Coopermine, cuyo principal accionista era el ingeniero Henry Sloman y funcionaba en terrenos de Calle Bolívar.
Mientras hombres, empresas y gobiernos trazaban sus propias perspectivas, la naturaleza desencadenaría sobre el actual Norte de Chile una de las tragedias más pavorosas de su historia. En efecto, en la Noche del 9 de mayo de 1877, un violento terremoto seguido de inmediato por un devastador maremoto, dejaría un saldo trágico en las costas desde Arica a Caldera.
En Duendes, Tocopilla y Punta Blanca los perjuicios fueron inmensos. Los habitantes de Tocopilla y Duendes quedaron completamente en ruinas, pero sin lugar a dudas el lugar más afectado fué Cobija; resultando completamente destruido, ya la agonía de este puerto se había iniciado con el terremoto y maremoto de 1868. Nunca más volvió el puerto Lamar a ser lo que hasta entonces había sido.
Su reconstrucción: En 1877, a la junta Municipal de Tocopilla le correspondió la responsabilidad de reorganizar la vida cotidiana del puerto, lo que impulsó a las autoridades a proyectar la futura ciudad en la parte alta o plataforma que se extendía hacia los cerros. Para ello fue comisionado el ingeniero francés Máximo Latrille, con la obligación de estudiar la distribución del nuevo emplazamiento y llevar a un plano su proyecto, el que serviría de base a las adjudicaciones que la junta proyectaba entregar a la mayor brevedad.
A mediados del mes de julio del mismo año se encontraba listo el proyecto traducido en un plano con sus manzanas y sitios de loteo, al mismo tiempo que se había trazado con carburo el terreno de la nueva ciudad. Ese año, el plano muestra la existencia de 7 manzanas, aunque con muchos sitios eriazos. Tocopilla (actual Prat) era la vía más importante, esta se encontraba cortada debido a la presencia del Cementerio protestante construído por los ingleses de las fundiciones, corresponde más o menos al lugar en que se levanta la sede del Club Deportivo Chile Sporting; la continuación de la calle Tocopilla se llamaba Buenavista, perpendiculares a esta calle eran San Martín, Caracoles, Bolívar, Ballivián, Yumbel (actual Colón) y Washington.
Las actuales 21 de mayo, Sucre, Matta eran peladeros inaccesibles. En el año 1878 mientras en la ciudad de Antofagasta los acontecimientos iban encadenándose inexorablemente hacia el conflicto armado, de 1879, en Tocopilla se vivía un clima de tranquilidad absoluta.
La futura ciudad de Tocopilla delimitaba entre el mar y los primeros faldeos de los cerros, era como un campamento que empezaba a levantarse, con chozas de una o dos piezas, construídas en forma provisoria para no perder el derecho a la adjudicación del lote, cuyo reglamento estipulaba un plazo perentorio de 6 meses para su construcción.
El plano dibujado por el ingeniero don Máximo Latrille nos permite ubicar el radio exacto que en aquella época tenía la ciudad: por el lado sur, los cerros del establecimiento de fundición Bellavista, hasta donde se llegaba por una calle del mismo nombre que nacía a la altura de Bolívar, atravesando parte de los actuales terrenos de la Sociedad Química y Minera de Chile.
Por el norte limitaba con una corrida de 6 casas ubicadas entre las calles Washington y Freire. Por el naciente limitaba con terrenos abruptos donde nadie pensó que más tarde construirían densos sectores poblacionales pese a todo.

29 años de vida Cumple el Sindicato del Ferrocarril de Tocopilla al Toco

29 años de actividad cumple hoy el Sindicato de Obreros del Ferrocarril de Tocopilla al Toco, durante los cuales ha desarrollado una vasta labor social y cultural en beneficio de sus asociados.
La organización sindical que es la más importante de Tocopilla, agrupa a 854 operarios y su fructífera labor llama especialmente la atención por las garantías que ofrece a los mismos y a sus familiares, especialmente en el aspecto social. Entre estos beneficios cabe destacar las ayudas por natalidad, la entrega de cuotas mortuorias, subvenciones durante el servicio militar, subsidios de enfermedad, seguro de cesantía, beneficios por hijos estudiantes, etc.
La directiva que actualmente rige los destinos del Sindicato se encuentra presidida por el señor Juan Villagrán Naveas, quien ocupa el cargo por quinto periodo consecutivo. Le colaboran el señor Roberto Torres Cortés, tesorero; Félix Ordenes Robles, secretario y los directores, señores Germán Muena y Rolando Echiburú. (1962)